Cómo hacer una infografía desde cero en 6 pasos

La saturación de contenido digital es un hecho. Cada día se publican millones de artículos, posts, vídeos y recursos visuales. En este contexto, la infografía sigue siendo una herramienta clave para captar la atención, facilitar la comprensión de conceptos complejos y favorecer la viralización del contenido. 

Pero no todas las infografías funcionan. Muchas se quedan en un mero ejercicio estético sin aportar valor real. Otras, por el contrario, consiguen sintetizar información de manera clara, visualmente atractiva y memorable. 

El objetivo de este artículo es ayudarte a crear infografías que no solo sean bonitas, sino que cumplan su función: comunicar mejor. 

1. Empieza por lo más importante, ¿cuál es el objetivo de la infografía?

Antes de abrir ninguna herramienta de diseño, antes incluso de pensar en colores o en iconos, lo primero que hay que tener claro es el propósito. La pregunta inicial siempre es la misma: ¿qué quieres conseguir? 

No es lo mismo crear una infografía para aumentar el alcance en redes sociales que diseñarla para incluirla en un whitepaper técnico o en un informe de resultados. El objetivo condiciona el tono, la extensión, la cantidad de texto y el enfoque visual. Por ejemplo, si quieres captar la atención en LinkedIn, necesitarás un diseño más dinámico, con frases cortas y mensajes muy claros. Si es para un blog o un informe, podrás permitirte más densidad de contenido. 

2. Selecciona la información (y elimina todo lo que sobre)

Uno de los errores más comunes cuando alguien se enfrenta a la creación de una infografía es querer contarlo todo. El resultado suele ser una pieza recargada, difícil de leer y con una jerarquía de información poco clara. 

Nuestro consejo siempre es el mismo: piensa como un editor. Imagina que tienes que explicar tu tema en una conversación de ascensor, en menos de un minuto. ¿Qué dirías? Esa es la base de tu infografía. A partir de ahí, puedes añadir matices o datos de apoyo, pero siempre con un criterio claro de jerarquía visual. 

3. Elige el tipo de infografía que mejor encaje con tu mensaje

No todas las infografías funcionan igual ni sirven para lo mismo. A lo largo de los años, hemos trabajado con distintos formatos según el tipo de contenido y el público al que nos dirigíamos. Aquí te dejamos una tabla comparativa con los tipos de infografías más comunes y sus aplicaciones prácticas: 

1. Cronológica: Para explicar una evolución o historia a lo largo del tiempo:

2. Comparativa: Cuando necesitas mostrar diferencias o ventajas entre opciones:

3. De proceso o de flujo: Para explicar pasos o fases de un proceso.

4. Estadística: Para mostrar niveles o escalas de importancia.

5. Jerárquica: Para mostrar niveles o escalas de importancia.

6. Geográfica: Para representar datos por ubicación geográfica 

7. Relacional: Para explicar conexiones o interacciones entre elementos 

Elegir el tipo correcto te ayudará a estructurar mejor la información y a que el diseño tenga coherencia. 

4. Elige una herramienta

No hace falta ser diseñador gráfico para crear una buena infografía, pero sí es importante elegir la herramienta adecuada según el tiempo disponible, el nivel de conocimiento en diseño y el canal de difusión. 

En proyectos rápidos o con enfoque social media, en mbudo utilizamos Canva o Piktochart. Son plataformas fáciles de usar y con plantillas que permiten resultados bastante profesionales sin necesidad de abrir Illustrator. Sin embargo, cuando el objetivo es una infografía más elaborada o destinada a un cliente que espera un acabado premium, el equipo de diseño trabaja directamente en Adobe Illustrator o en herramientas de diseño vectorial más avanzadas. 

Aquí te dejamos otra tabla para que veas de un vistazo las diferencias entre algunas de las herramientas más utilizadas: 

5. El diseño: mucho más que colores y tipografías bonitas

Una infografía puede ser visualmente espectacular y, aun así, no cumplir su objetivo. Por eso, en mbudo siempre partimos de una premisa básica: el diseño está al servicio del contenido. 

Algunos principios que aplicamos en cada proyecto: 

• La jerarquía visual es fundamental: el lector debe poder identificar en segundos cuál es la idea principal, cuáles son los datos clave y en qué orden debe leer la información. 
• Los espacios en blanco no son un lujo, son una necesidad. Ayudan a que la vista descanse y a que cada bloque de contenido respire. 
• La consistencia en iconografía, colores y tipografías genera confianza y profesionalidad.

Una anécdota habitual: muchas veces, cuando creemos que la infografía ya está terminada, dedicamos otros 30 minutos a quitar cosas. Porque casi siempre, menos es más. 

6. Publica, adapta y... mide

Una vez terminada la infografía, empieza la segunda parte del trabajo: decidir cómo vas a distribuirla y medir su impacto. 

Si la vas a publicar en redes sociales, probablemente tendrás que crear versiones adaptadas a distintos formatos (post cuadrado, carrusel, story, etc.). Si es para un blog, asegúrate de que el peso del archivo no afecte al tiempo de carga de la página. Y si la utilizas como lead magnet, mide bien las descargas y el ratio de conversión. 

En mbudo, por ejemplo, solemos medir el impacto de las infografías a través de KPIs como el número de descargas, la tasa de interacción en redes sociales o el tiempo de permanencia en la página cuando la incluimos en un blog. 

Un ejemplo real: cómo usamos las infografías en mbudo

Para que todo esto no quede en teoría, aquí te contamos algunos casos reales donde las infografías nos han ayudado a conseguir mejores resultados. 

En mbudo, por ejemplo, creamos una infografía para uno de nuestros artículos más consultados: “20 ventajas de HubSpot como CRM”. El reto era claro: sintetizar en un solo recurso visual todas las funcionalidades clave de la plataforma, de forma que cualquier lead interesado pudiera hacerse una idea rápida de su potencial. El formato nos permitió agrupar las ventajas en bloques temáticos (automatización, reporting, gestión de contactos, etc.), facilitando así la comprensión y la lectura diagonal.

Otro buen ejemplo es el de Novaluz, una comercializadora de energía para empresas, que utiliza una infografía en su página de producto “¿Por qué elegir Novaluz como compañía eléctrica para tu empresa?”. Aquí la clave era mostrar de forma clara las ventajas competitivas del servicio: energía 100% renovable, precios indexados, asesoramiento personalizado… La infografía acompaña el texto principal de la landing, y aporta un refuerzo visual que permite al visitante captar de un vistazo los principales argumentos comerciales. 

Por último, en el caso de Onduline, fabricante de soluciones para la impermeabilización de tejados, la infografía se utiliza como recurso descargable en su web: “Onduline Bajo Teja: la solución eficaz y duradera para la impermeabilización de tejados”. Aquí el objetivo era ofrecer un contenido de valor a arquitectos y profesionales de la construcción que buscan información técnica. La infografía resume en un solo documento las principales características, ventajas técnicas y beneficios del sistema Onduline, convirtiéndose así en un lead magnet que ha ayudado a la marca a captar registros cualificados. 

Tres enfoques diferentes, tres objetivos distintos… pero un mismo denominador común: usar el formato infográfico como una vía rápida, visual y efectiva para transmitir valor. 

En resumen: diseño sí... pero con estrategia

Crear una infografía atractiva y efectiva no es solo cuestión de estética. Es un ejercicio de síntesis, estructuración, diseño estratégico y medición posterior. 

Si tienes claro tu objetivo, seleccionas bien la información, eliges el formato adecuado y cuidas tanto el diseño como la distribución, tendrás una infografía que no solo se verá bonita… sino que realmente funcionará. Además, si necesitas ayuda para saber cómo implementar estos pasos en mbudo estaremos encantados de ayudarte, ¡contacta con nosotros!